viernes, 4 de mayo de 2012

La Noche y el Día

Lo que váis a leer a continuación es el inicio de la opinión de Julian Ruiz tras la consecución del título de Liga del Real Madrid en San Mamés.
"He estado en cientos de estadios en todo el mundo. Jamás he pasado más miedo que en San Mamés, en los años ochenta, en los noventa, ahora mismo. El Real Madrid tiene las agallas de haber ganado un título, el más difícil de su historia en un terreno detestable. Es el templo del nacionalismo vasco, el de un terror asqueroso hacia todo lo blanco. San Mamés es insoportable siempre contra el Real Madrid y tampoco ha digerido el 'al iron', de donde procede el alirón, que descubrieron los mineros vízcainos. (...)"

Este Julian Ruiz estaba hace años en los 40, con un programa llamado "Plasticos y Decibelios". O sea, que es un entendidillo musical que ahora escribe de futbol en el Mundo, dejando bien clara su posición pro-Mourinho y su madridismo recalcitrante. El resto del texto me lo ahorro pero, imaginaros por donde va.

Por contra, hace unos meses, otra opinión, Pablo Egea, en este caso de Marca ( curioso también que sea en este periódico), se destapó con lo siguiente:
San Mamés, un estadio con alma
Reconozco que nunca he estado en San Mamés, pero cada vez que veo un partido de La Catedral por la televisión la envidia me corroe. Me entran unas ganas enormes de estar en la grada de un estadio tan mítico y mezclarme entre el ambiente de fútbol que se vive en cada partido del Athletic.

En una época en que la muchos partidos de la Liga BBVA no están a la altura de la 'Liga de las Estrellas', cada partido de los leones es otro mundo. Desde el principio se sabe que se van a dar los ingredientes que debe tener un encuentro de fútbol. Pase lo que pase, se dé el resultado que se dé, la emoción va a durar hasta el final y se disfruta del deporte rey como en ningún otro sitio.

Con sus ánimos, la afición del Athletic da un plus a unos jugadores que siempre se dejan la piel por la camiseta y que se ayudan del aliento de los suyos para correr más que el rival y tomar oxígeno cuando las cosas no van bien.

Brega, lucha, tensión, ilusión, magia o capacidad de superación son algunas de las cosas que se acumulan en el túnel de vestuarios y que impregna a todo jugador rojiblanco antes de saltar a un césped que sólo recibe ánimos durante los noventa minutos. En caso de abroncar al equipo, se hace cuando el colegiado señala el final, cuando el resultado ya no se puede cambiar.
Desde mi punto de vista, muchas aficiones y muchos clubes deberían aprender de la bilbaína a la hora de afrontar cada partido, de esta forma el fútbol sería mucho más pasional y el ambiente en los campos estaría a la altura de la que ahora mismo, mal llamamos desde mi punto de vista, 'La mejor Liga del mundo'.

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